Página actualizada el 27 de marzo de 2024
Se trata de una lesión muy común que en general no requiere un tratamiento complicado. Sin embargo, es necesario aplicarlo correctamente para que sanen de una forma adecuada.
Un esguince es una lesión que tiene lugar cuando hay un estiramiento desproporcionado o un desgarro de los ligamentos. El esguince de tobillo es la afectación más frecuente, con un 25% de incidencia entre las personas que practican ejercicio físico. Le sigue el esguince de rodilla, también común entre los deportistas. En términos generales, el tratamiento no es complejo, aunque depende de cada caso particular. A continuación, te contamos qué tipos de esguince hay.
Para confirmar que padecemos un esguince en vez de otra afección, lo más adecuado es visitar un traumatólogo que nos haga un diagnóstico preciso y determine el tratamiento correspondiente para nuestro caso. La especialidad médica de traumatología trata esguinces, fracturas y otras lesiones relacionadas.
En Centro Médico Meisa contamos con un cuadro médico que atiende a los pacientes sin esperas y con la mayor eficacia posible. Nuestros profesionales estudian cada caso particular y determinan cuál es el mejor tratamiento. Para pedir cita online, haz clic aquí.
¿Cuáles son los tipos de esguince?
En función de la gravedad, diferenciamos entre varios tipos de esguince.
- Esguince de primer grado. En este caso, existe una distensión de la articulación, sin que llegue a romperse. Este tipo de esguinces acostumbra a provocar dolor e inflamación de una intensidad baja. Se puede formar un pequeño hematoma, pero la persona herida puede apoyarse sobre la articulación que ha padecido la lesión.
- Esguince de segundo grado. Este tipo de lesión se produce cuando el tejido de los ligamientos se rompe parcialmente. En este caso, aparece un hematoma, así como dolor moderado e hinchazón. En general, las personas con esguinces de segundo grado manifiestan dificultades para apoyar su peso sobre la articulación lesionada.
- Esguince de tercer grado. Se trata de una rotura completa del ligamento. El dolor, el hematoma y la hinchazón son más importantes en comparación con los otros tipos de esguince. En este caso, el paciente no puede apoyarse sobre la articulación de ninguna forma.