Existen dos zonas de intensidad de esfuerzo relacionadas con la concentración de lactato sanguíneo; una primera zona, marcada por el inicio de la producción de lactato, y una segunda zona, relacionada con una máxima concentración de lactato estable. A la primera zona se la conoce con distintos términos: umbral de metabolismo anaeróbico, umbral aeróbico, transición anaeróbica individual, umbral láctico o primer umbral ventilatorio. Este umbral se define como la intensidad de ejercicio que precede al incremento inicial y continuo de lactato.
A la segunda zona, se la conoce como: umbral aeróbico-anaeróbico, umbral anaeróbico, umbral anaeróbico individual, OBLA (Inicio de la Acumulación de Lactato en Sangre) o segundo umbral ventilatorio. Este umbral supone la máxima intensidad de esfuerzo compatible con un estado estacionario. Es decir, aquella intensidad de esfuerzo que se puede mantener durante un tiempo prolongado (30′) sin que se observe un incremento continuado de la concentración de lactato. Se la denomina también como máximo estado estable de lactato.
El umbral de anaerobiosis se define como la potencia de ejercicio en la cual no tenemos suficiente con el metabolismo aeróbico y ponemos en marcha el anaeróbico. Como mejor es la adaptación al ejercicio, mejor es este umbral, del que existen diferentes maneras de valorarlo e interpretarlo.
La determinación del umbral de lactato es un método de establecer la capacidad aeróbica de cualquier individuo. Respecto a otras pruebas que se basan en el consumo de oxígeno, su principal ventaja es que no precisa efectuar una prueba máxima para su determinación, lo que facilita en muchos casos que pueda realizarse con mayor frecuencia y sin interferir el entrenamiento habitual.
Habitualmente el esfuerzo efectuado por un deportista se mide utilizando su frecuencia cardíaca, puesto que es una variable fácil de controlar. El interés radica en conocer cómo se comporta esta frecuencia en cada individuo -puesto que puede variar substancialmente entre individuos- y como se relaciona con su rendimiento.
¿Cómo medir el lactato en sangre?
Durante la realización de un esfuerzo físico de carga progresivamente creciente podemos determinar de manera periódica la concentración de lactato sanguíneo. Aprovechando pausas programadas en el tapiz rodante o en el cicloergómetro se obtienen muestras sanguíneas que son inmediatamente analizadas. Una vez establecida la concentración de lactato a distintas intensidades de esfuerzo se elabora un gráfico y se realiza un ajuste matemático que relaciona los puntos obtenidos y que permite finalmente establecer el umbral buscado.
La toma de sangre es muy simple y se efectúa gracias a una lanceta estéril se punciona el lóbulo de la oreja o el pulpejo de un dedo, previamente lavados, del que brota una gota que servirá para obtener la micromuestra mediante una tira reactiva.
¿Podemos utilizar la frecuencia cardíaca como una medida del esfuerzo?
Los fondistas, como los triatletas y los corredores de largas distancias, utilizan en muchas ocasiones la monitorización de la frecuencia cardíaca para estimar la intensidad de sus entrenamientos y en competición.
De este modo, utilizan la correlación entre su frecuencia cardíaca y los datos obtenidos en un test de lactatos, fijando distintos rangos de actividad en función precisamente de su frecuencia cardíaca, lo que les permite optimizar su trabajo y evitar su agotamiento.