La piel atópica es una enfermedad de la piel que consiste en notar sequedad en esta, lo que implica que se desescame e irrite, generando síntomas como picor.
Seguramente muchas veces habremos oído hablar de la piel atópica. En los últimos treinta años, esta patología se ha triplicado en España. La piel atópica es un tipo de cutis seco con poca agua y poca grasa. Esta sequedad implica que se descama e irrita con mucha facilidad. Para saber cómo cuidar la piel atópica, desde Centro Médico Meisa te contamos las claves para hacerlo.
Higiene e hidratación, claves para cuidar la piel atópica
Para cuidar la piel atópica, la hidratación es el primer elemento central. Las cremas hidratantes reparan la piel dañada y la fortalecen. De este modo, se protege de las infecciones y otras agresiones que resultan perjudiciales. Además, suavizan la piel, mejoran el picor y nos aportan una sensación de bienestar.
Las cremas hidratantes deben tener una consistencia grasa. Esta cualidad permite aislar la piel de agentes externos y así conservar la humedad natural. Es muy importante que no contengan sustancias que favorezcan la aparición de alergias, como podemos encontrar en algunos perfumes y ciertos conservantes.
La higiene personal es el segundo elemento central para cuidar la piel atópica. La higiene puede ser diaria, con preferencia hacia las duchas o baños cortos de agua templada. La piel atópica tiene más probabilidades de infectarse a raíz de virus, hongos o bacterias.
¿Cómo cuidar los brotes de dermatitis atópica?
La mayoría de las personas que tienen la piel atópica padecen brotes intermitentes de dermatitis atópica. Estas manifestaciones requieren un tratamiento concreto, ya que la hidratación por sí misma no mejora las zonas inflamadas. De todos modos, es necesario instalar unos hábitos de cuidado diario para cuidar la piel atópica. Para mantener la piel en buen estado, es muy importante cumplir con las rutinas de higiene e hidratación.
Las cremas hidratantes son necesarias para la piel atópica, ya que reparan la piel dañada y la fortalecen.
Los brotes tienen una intensidad que puede ser variante en el tiempo. Para reconocerlos, tenemos que fijarnos en si notamos zonas descamadas, rojas y que nos generan picor. También puede ser que notemos nuestra piel áspera.
Cuando tenemos un brote ligero de dermatitis atópica, el farmacéutico nos puede recomendar un corticoide suave y una crema hidratante para brotes de piel atópica. En caso de que notes picor en el día a día o el rascado haya alterado tu piel, debes visitar un especialista médico en dermatología. El profesional evaluará las manifestaciones que se hayan producido en tu piel y determinará el tratamiento más adecuado para tu caso.
Para cuidar la piel atópica, en muchos casos es necesario aplicar un tratamiento antiinflamatorio ordenado por un especialista médico. En Centro Médico Meisa, contamos con los mejores profesionales de dermatología para hacerte un tratamiento y un seguimiento adecuados a tu piel.